El marido de Silvia siempre consigue aparcar en la puerta; a ella le encanta llevárselo de compras. Él está encantado de ser útil a su mujer; es un tipo bromista y responde con una sonrisa a cada desaire de su esposa. Siempre presume de su habilidad y cuenta cómo la ganó el mismo día que perdió las piernas.
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