martes, 17 de julio de 2012

Microrrelato 143 - El aprendiz


Sonreí cuando le vi llegar. No lo hice porque me alegrara de verle, sino porque me había encontrado; empezaba a comprender la sutil magia que mueve las cosas. De algún modo había sabido que yo estaría allí, como yo sabía que él me encontraría. “Estás aprendiendo”, observé, y la sonrisa que me devolvió desbarató la mía mientras un escalofrío me recorría la espalda. Había poder en aquel gesto; no era la sonrisa de un aprendiz, sino la de alguien que sabe demasiado.




1 comentario:

  1. Cuando el alumno acaba superando al maestro, este último acaba perdiendo el puesto.

    El conocimiento es un arma peligrosa.

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